miércoles, 23 de marzo de 2011

10 AñoS de la MAESTRÍA

Estas palabras son de nuestros primeros egresados.
La Maestría en palabras de ellos:



Leonardo Mora Lomelí





¿Cómo definirían este programa de maestría en un párrafo?


El programa de la maestría es un conjunto de materias, conocimientos y experiencias imprescindibles que cambian tu forma de pensar el mundo, el diseño y tu forma de trabajar.. ya que no solo te hablan de “diseño” como tradicionalmente lo entendemos, sino que te explican cómo es que funcionan las cosas en tu mente, en la mente de quien ve tu trabajo y te da herramientas muy concretas para desarrollar mejor tu trabajo habitual.. Abordas varios temas desde la perspectiva de la mercadotecnia, la retórica o forma de estructurar tu pensamiento (y el concepto de tus propuestas de diseño) e incluso áreas que nunca te hubieras imaginado que incidirían en un diseño eficaz, tales como las “ciencias cognitivas”, etc.

¿Cuáles son las ventajas que ven en su vida (profesional, personal, cotidiana) por haber cursado el programa?

Uuuf! Innumerables. (Va mi agradecimiento por ello)

Profesionalmente vi los resultados de inmediato, conforme iba entendiendo cosas en la maestría los fines de semana, al lunes siguiente ya las estaba aplicando en el despacho. Me ayudó a definir, estructurar, generar, evaluar y dirigir conceptos de diseño en base a objetivos muy claros y concretos, además de “entenderme” por fin con mis socios de mercadotecnia y comunicación –cosa que antes se me había dificultado-. A la par de ello, me dió la solidez y confianza necesarias para enfrentarme a cualquier reto de diseño (o venta del mismo) y explicar en pocas palabras la esencia y virtudes del mismo. Eliminó el “rollo” y en su lugar vinieron los conceptos clave. El resultado también vino en lo económico, pues los proyectos que pude abordar implicaban mas responsabilidades que antes, más confianza de parte del cliente y una especialización que me permitió diferenciarme de muchos competidores, con la consecuencia directa de una mejora sustantiva en mis ingresos. Me dotó de un acervo que a más de 5 años de distancia (inicié en agosto 2001) no he agotado e incluso le veo cada dia nuevas vertientes o formas de enriquecerlo tanto en el despacho como en mis clases en la Universidad.

Personalmente, me mostró una forma diferente de ver el mundo. A ser más tolerante, pues entendí el concepto de “diferencia” en base a cómo entendemos y categorizamos lo que sucede a nuestro alrededor (y actuamos en consecuencia). Como diría Norberto Chaves, “eliminó mis inexactitudes sin lesionar la pasión”, es decir, logré un crecimiento y desarrollo que no había vislumbrado, renovándome el gusto por mi profesión, por mi vida cotidiana e incluso, mis relaciones interpersonales. Lo visto en la maestría amplió mis horizontes, no obtuve “datos o herramientas técnicas” sino que aprendí y maduré una nueva forma de ser y de pensar.

Cotidianamente, lo visto en la maestría ya es parte de mi forma de ser y actuar (sobre todo al analizar, crear y estructurar ideas mediante un modelo obvio, lógico, natural y tan asimilable como lo es el de la retórica). Cotidianamente me acostumbré a pensar en base a las características de lo que se me presenta y no solo desde mi propia perspectiva (antes no tenía tanta claridad y detalle en esto.. en aula le llamaríamos inventio), a presentar mis ideas o conceptos en la forma que pueda ser mas lógica y persuasiva para quien me escucha y enfocada a lograr mis propios objetivos (dispositio), he depurado mis formas de diseñar, hablar, escribir para adecuarlo a la forma que cada caso requiere (elocutio) e incluso me siento con plena confianza de pararme frente a cualquier auditorio o circunstancia y poder destacar o hacer un buen papel mediante mi exposición (actio). Eso me ayuda incluso en mis clases o hasta resolviendo conflictos interpersonales. (la maestría resultó un “todo en uno” je je je)

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