lunes, 10 de enero de 2011

Feliz 2011. De parte del Dr. Diego Lizarazo


Que sea un año sereno para el mundo, que se editen más libros y se produzcan menos armas, que menos banqueros se  enriquezcan y menos gente se empobrezca, que nos veamos más seguido y podamos reír juntos, que los alimentos se contaminen menos y el aire esté más puro, que la salud tome posesión de nuestros cuerpos y la lucidez de nuestras mentes, que estemos más enamorados y menos decepcionados, que la televisión se apague más a menudo y se enciendan los paseos por el parque y las conversaciones largas con los amigos, que nuestros lazos se fortalezcan y nuestra comunidad prospere, que nuestros niños y niñas crezcan pletóricos de amor, de oportunidades, de caminos luminosos y tiernos, que viajemos para vernos con aquellos que extrañamos, que nuestros proyectos fructifiquen, que crezcan árboles de agua con raíces profundas, que sus frutos caigan en las zonas áridas, en los lugares inciertos,  que estemos felices, completa y verdaderamente felices....

 Diego



El rey bebe de Jacob Jordaens (1640/45)

La obra del pintor flamenco representa la “Fiesta del Rey de las Habas” que se celebraba el 6 de enero. La fiesta, representada en Amberes, consistía en nombrar rey de la fiesta a quien le saliera un haba dentro de un trozo de bizcocho. El afortunado elegía su “corte”, incluida la reina. No solo los invitados recibían un trozo del apetitoso pan, sino que Jesús, María y los Reyes Magos tendrían una pieza reservada para ellos. Una vez que la suerte definía al rey, era lanzado al aire tres veces en medio de la fiesta y el bullicio general producido por parientes, amigos, servidores y hasta los animales de la casa que ese día disfrutaban, como todos, del banquete. En la pintura puede observarse que incluso los niños podían beber vino en esa ocasión.  Después de que el rey era vitoreado, recorría ceremoniosamente la casa mientras marcaba cruces de tiza en las vigas y el suelo para evitar desgracias de malos espíritus. Originalmente el 6 de reyes se celebraba el nacimiento de Cristo, pero después de una amplia discusión entre las comunidades católicas la fecha de su nacimiento se adelantó al 25 de diciembre, con el propósito de acabar con las fiestas paganas que también se festejaban ese día (Los ritos de “Isis”, la diosa egipcia; y del “Sol Invictus” celebrado en el imperio romano). En adelante, el 6 de enero se destinaría solo a celebrar el nacimiento espiritual (ya no físico), de Cristo.